sábado, agosto 21, 2010

Dos realidades en una imagen


Flotando sobre un fondo de estrellas lejanas, Cassini nos ofrece esta curiosa fotografía de los anillos de Saturno cruzando por delante de un lejano cúmulo estelar...ambos parecen estar al alcance de la mano, pero en realidad todo un Universo las separa: Mientras los primeros se situaban a 1.2 Millones de Kilómetros de la sonda cuando se tomaron estas fotografías, el segundo se encuentran a unos 17.000 Años-Luz...que, para que tengamos un poco más clara las magnitudes en las que nos movemos, representan unos 160.000.000.000.000.000 Kilómetros. Realmente no es un lugar al que podamos llegar rapidamente.


Oficialmente descubierta por
Edmond Halley en 1677, esta agrupción de varios millones de estrellas denominada NGC 5139 o Omega Centauri es uno de los cúmulos globulares más grandes y brillantes que existen alrededor de la Vía Lactea, y presenta peculiaridades únicas que han llevado a la hipótesis, coherente con lo observado en ella, de que estamos ante los restos de una antigua galaxia enana, lo único que quedó de ella tras ser despedazada y absorbida por la nuestra, que como todas las de cierto tamaño, tiende a "devorar" a otras más pequeñas. Tanto su química como el hecho de contar con diversas generaciones de estrellas (contrariamente a lo que pasa con la mayoría de Cúmulos) son coherentes con esta posibilidad.

En su centro se concentran las estrellas de mayor edad, tan viejas que empezaron a brillar cuando el Universo aún era joven y el nacimiento de nuestro planeta aun quedaba miles de millones de años en el futuro, y tan concentradas que apenas 0.1 años luz las separa...un espacio bién escaso si lo comparamos con el caso del Sol, que tiene a la estrella más cercana a 4.2 años-luz. A diferencia de los suburbios galácticos donde vivimos,el centro de Omega Centauri es un lugar superpoblado donde el cielo de los hipotéticos planetas que pudieran existir sería realmente espectacular y en los que la oscuridad nocturno apenas sería algo más un concepto imaginario, destruida por la luz de mil soles...pero también por ello lugares donde la vida dificilmente podría surgir. Al menos dentro de los límites de nuestra imaginación.

Algo bién diferente a nuestro rincón de la ciudad galáctica...más oscuro, menos espectacular pero relativamente más seguro. Una zona relativamente tranquila donde la vida pudo surgir y, como un arbol que crece y se expande en inumerables ramas, hacerse cada vez más compleja. Un ambiente acogedor que los millones de Soles de Omega Centaury jamás podrán ofrecer...las imágenes de la Cassini muestran dos realidades separadas por un abismo que va más alla de la simple distancia.



La toma de 13 imágenes tomadas con una separación entre cada una de ellas de tres minutos permitio a la Cassini observar como el anillo F cruzaba por delante del cumulo Omega Centaury.

El cúmulo Omega Centaury, una agrupación de varios millones de estrellas y posiblemente lo que queda de una antigua galaxia, fotografiado desde el observatorio de La Silla.

Rodeando a la Vía lactea como un halo se distribuyen un gran numero de Cumulos Globulares, compuestos en su mayoría (con la excepción de Omeha Centauri) de estrellas muy antiguas...el estudio de su distribución permitió estimar que nuestra galaxia era mayor de lo que se pensaba y que el Sol se situaba en uno de sus brazos, no cerca del centro como se habia creido hasta los años 30.

El firmamento de un planeta situado en el interior de un Cúmulo Globular sería realmente espectacular...pero dificilmente habría nadie allí que pudiera disfrutarlo.

Catching a Cluster of Star

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