viernes, noviembre 01, 2013

La caja mágica marciana

La ESA presenta un modelo del que podría ser el contenedor que un día se utilizará para traer muestras de Marte a La Tierra.

El programa de exploración del planeta rojo sigue cumpliendo etapas, y siguiendo el camino abierto por las sondas orbitales actualmente en servicio, el veterano Opportunity y el recién llegado Curiosity, pronto le seguirán MAVEN, Mangalyan, Inshigt, la sonda y el rover europeo ExoMars, y finalmente un nuevo rover de la NASA, cuyo nombre aún no se conoce, y que tiene como objetivo, al igual que su equivalente de la ESA, la búsqueda de señales de vida. Este es el calendario hasta 2020. ¿Y después?

El gran objetivo por el que los científicos planetarios suspiran, y que está marcado como absolutamente prioritario, es el traer muestras de material marciano para un completo análisis en los laboratorios terrestres, especialmente de aquellas regiones más antiguas, correspondientes a tiempos más cálidos y húmedos, y por tanto más adecuados para la vida tal y como la conocemos. Aunque se disponen de rocas de origen marciano, que cayeron a nuestro planeta en forma de meteoritos y han ofrecido cierta información científica, se busca acceder a material inalterado y de una procedencia concreta, y aunque se envíen rovers como Curiosity, que dispone de su propio laboratorio con una capacidad ciertamente notable, nada puede igualar lo que se puede hacer en instalaciones terrestres. En definitiva, una misión que aterrize en Marte, extraiga muestras y sea capaz de enviarlas a La Tierra, tiene que llegar algún día.

La ESA, a través del programa Aurora, busca desarrollar la tecnología necesaria para ello, un esfuerzo que tiene como resultado el modelo de contenedor de muestras construido por Mecano I&D, más una prueba conceptual que un componente para una misión real, pero completamente funcional y ya ha sido sometido a una serie de ensayos para simular el entorno térmico y el impacto a 400 g, demostrando que tanto el como futuros modelos basados en su diseño podrían afrontar la dura prueba que representaría un viaje de esta clase.

En forma de esfera de 23 centímetros de diámetro y menos de 5 kg, cuenta con 11 receptáculos herméticos, entre los que se incluye uno diseñado específicamente para tomar muestras del aire marciano, manteniéndolas a menos de -10°C durante el largo viaje de vuelta a la Tierra. Estaría equipado con un transmisor de radio y con una serie de retrorreflectores para el sistema de aproximación por láser, para que, de nuevo en órbita a marciana, su nave nodriza pudiera capturarla. Posteriormente, antes de regresar, se debería encapsular en el interior de otro contenedor más grande, formando un sello biológico que evite la contaminación de las muestras y hacer frente, por pequeña que fuera las posibiliades, a la presencia de vida marciana en ella. Finalmente regresaría a nuestro planeta, afrontando una reentrada atmosférica a gran velocidad.

"Como existe la posibilidad, aunque sea muy remota, de que las muestras contengan formas de vida, tenemos que seguir los estrictos protocolos de protección planetaria, evitando cualquier contacto con la biosfera terrestre", explica Benoit Laine, Responsable de la sección de Análisis y Verificación Térmica de la ESA, y supervisor de este proyecto. "Por otra parte, la tecnología de los paracaídas todavía no está lo suficientemente madura, por lo que el contenedor tiene que ser capaz de soportar un aterrizaje sin ellos. El diseño de la misión no incluye ningún tipo de paracaídas; la cápsula caerá literalmente desde Marte hasta la Tierra, frenada sólo por la presión de la atmósfera sobre su escudo térmico y por el impacto contra el suelo".  

"Este emocionante proyecto se basó en los conocimientos de un gran número de expertos de la ESA", añade Benoit. "Sus sistemas abarcan desde el cálculo estructural, el análisis térmico o la ingeniería de mecanismos, así como las telecomunicaciones, las antenas o el sistema de potencia, que dicho sea de paso, también tiene que estar equipado con una batería muy fiable".

Aún estamos lejos de que una misión de esta clase se haga realidad, puesto que su misma complejidad y coste (por lo que es más probable un proyecto internacional que no el desarrollado por una agencia en solitario) hace que, a día de hoy, no exista aún un proyecto en firme y con presupuesto asignado. Pero eso no significa que no se esté trabajando en desarrollar la tecnología necesaria a la espera de tiempos mejores, cuando algo parecido a esta "caja mágica", si es que no esta misma, finalmente realice el salto desde Marte a La Tierra, transportando en su interior las preciadas muestras, soñadas que desde los mismos inicios de la exploración marciana.
 
La caja mágica de Marte.

El concepto de una misión de recogida de muestras planteado en este proyecto, con el despegue de la superfice, recogida en órbita y envío a La Tierra.

Traer muestras de Marte para su análisis profundo en laboratorios terrestres es uno de los grandes objetivos de la comunidad científica, y no son pocos los proyectos que existen, aunque de momento solo sobre el papel. 

La caja magica de Marte

Trayendo rocas de Marte con una vela solar

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