miércoles, octubre 22, 2014

Un pequeño y tenue corazón

Mars Reconnaissance Orbiter revela el pequeño corazón de Siding Spring.

El día del cometa ya es historia, y con ello llega la hora de empezar a valorar los resultados de la amplia campaña de observación realizada desde el propio Marte por parte de las 7 sondas que actualmente se encuentran explorándolo. De todas ellas era la cámara HiRISE, que forma parte del equipo de la MRO, de la que más se esperaba con expectación sus fotografías, ya que con su extraordinaria resolución, que en este caso llegó hasta los 138 metros por píxel, debería ser posible observar el núcleo de este viajero de las profundidades, revelando detalles de un pequeño cuerpo que por su origen primigenio, recién llegado por primera vez a las cercanías del Sol, tenía un enorme interés para los científicos planetarios.

HiRISE cumplió, pero revelando así hasta que punto las expectativas creadas alrededor de el eran demasiado optimistas. El núcleo de Siding Spring apenas ocupa dos o tres píxeles en las imágenes, lo que se traduce en un diámetro que posiblemente no llega ni a los 500 metros, lejos de los 700-1000 estimados a partir de las observaciones realizadas por telescopios terrestres, lo que sumado a una actividad que en los días previos al encuentro se redujo de forma inesperada y notable explica porque el paso de este cometa estuvo lejos de lo que todos habíamos soñado.

A pesar de ello la campaña organizada sacando partido de la flota de exploradores no es, ni mucho menos, una pérdida de tiempo. Estas imágenes son las primeras de un cometa llegado directamente de la teorizada Nube de Oort, por lo que cada píxel vale su peso en Oro, al igual que los datos reunidos por el resto de instrumentos, tanto de la propia MRO como de los otros orbitadores, en proceso de recepción y estudio, y que los próximos días y semanas deberían ofrecer novedades interesantes. Sin embargo el abismo entre lo esperado, que tanto pudimos ver plasmado en innumerables dibujos y representaciones artísticas, y la realidad, es incuestionable y sin duda poco habrá ayudado a generar confianza e interés por la astronomía entre mucha de la gente que, por una vez, se sintió interesada por lo que estaba ocurriendo.

La experiencia de Siding Spring nos recuerda nuevamente que estos viajeros interplanetarios son siempre imprevisibles, para lo bueno y para lo malo. ISON y Elenin se convirtieron en nada cuando se espera mucho, y el pequeño Lovejoy fue espectacular cuando no se esperaba ni tan solo que sobreviviera a su encuentro con el Sol. Toda una lección (una más) de cara al futuro.


El cometa Siding Spring visto en el cielo nocturno de Marte visto por Opportunity varias horas después del encuentro, cuando ya se encontraba a unos 400.000 Kilómetros. En el momento de mínima distancia, desde el punto de vista de este rover, se encontraba por debajo del horizonte.

El cometa visto por el espectrómetro Ultravioleta de MAVEN, revelando la nube de Hidrógeno que lo rodea.

El encuentro soñado que finalmente nunca sucedió. Al menos al nivel de las espectativas. 

NASA Rover Opportunity Views Comet Near Mars 

First Resolved Image of a Long-Period Comet's Nucleus 

Las primeras observaciones del cometa Siding Spring desde Marte

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