miércoles, abril 06, 2016

La hora de Venus

Akatsuki, lista para iniciar el estudio científico a gran escala del planeta.

Su viaje forma parte de una de esas historias espaciales llenas de épicas, esas que nacen cuando las cosas no siguieron el guión previsto pero contra todo obstáculo, por el esfuerzo y perseverancia de su equipo en tierra, terminan alcanzado un final feliz. No son frecuentes, ya que si algo tiene la exploración interplanetaria es que todo debe ir como un reloj, cumplirse cada plazo y que todas las diversas partes de las sondas cumplan de cometido cuando y como esta previsto. De lo contrario lo más habitual es que debamos hacer frente a una pérdida definitiva. Pero en ocasiones ocurre lo imposible.

Y poco hay más imposible que intentar hacer entrar una sonda en órbita alrededor de otro planeta y encontrarse repentinamente con que el impulsor principal, el que debe frenarla para permitir su captura, falla por completo. Eso es lo que le pasó a Akatsuki en 2010, cuando afrontaba su llegada a Venus. Pudo ser el final, en realidad era un desenlace que parecía inevitable, pero la JAXA, la agencia espacial japonesa, no se rindió. Y tras esperar pacientemente 5 años mientras viajaba alrededor del Sol, haciendo los ajustes de trayectoria necesarios y manteniendo su actividad al mínimo para reducir el desgaste del tiempo, en 2015 se encontró de nuevo con el planeta, y esta vez, utilizando sus pequeños impulsores de ajuste de forma nunca antes prevista, ocupando el lugar del ya perdido impulsor principal, freno lo suficiente para lograr la captura.

Con 5 años más a sus espaldas y en una órbita que distaba de ser la inicialmente prevista para 2010, pero con sus instrumentos y la sonda en general en buen estado. Una 2ª oportunidad muy poco frecuente. El espacio no suele darlas.

Eso ocurrió el pasado Diciembre. Desde entonces Akatsuki ha estado en fase de calibración, activando uno por una sus instrumentos científicos para comprobar su estado después de estos 5 años de espera. Una fase superada con éxito, ya que todos han trabajado con plena normalidad, realizado observaciones exitosas que son equivalentes a un "mínimo de éxito", concepto que significa que una sonda logró los suficientes datos como para considerar que cumplió sus objetivos científicos. Para Akatsuki, ese mínimo era capturar la estructura nubosa de todo Venus  en forma de imágenes continuas a lo largo de algunas horas con alguna de las cámaras de la sonda. Y esto se completó recientemente.

Es hora de pasar a Akatsuki a plana actividad, con sus 6 instrumentos trabajando al unísono, y cumplir, ahora si, las metas marcadas por sus desarrolladores. Algo que la JAXA espera lograr a pesar de las diferencias orbitales con su plan original, que planteaba una órbita de 30 horas, con una distancia máxima de 80.000 kilómetros. Tal precisión no fue posible en su 2º intento, ya que no se le podía pedir más a sus pequeños impulsores de posición, que hicieron algo para lo cual no estaba diseñados, y finalmente quedo atado a Venus con una órbita de 13 días y 440.000 kilómetros de distancia máxima, aunque se espera ajustarla hasta 310.000 para cuando se inicien las operaciones científicas a pleno rendimiento.

¿Y por cuando tiempo, teniendo en cuenta que llegó con 5 años de retraso y, al menos técnicamente, ya habiendo superado su esperanza de vida estimada (aunque esta siempre se sitúa en el escenario más pesimista como precaución)? Akatsuki esta en buena forma, sus instrumentos también, y después de un pequeño cambio orbital que reducirá al mínimo su paso por la sombra del planeta, siempre duro para un vehículo que vive de la energía solar, sus responsables son optimismos, marcando ahora un objetivo de al menos 2000 días terrestres (en lugar de los menos optimistas 800 iniciales), algo más de 5 años. Nada mal para una sonda que tuvo que afrontar tantos problemas y llegó con media década de retraso. Su aventura, ahora si, ya puede comenzar.

Venus a través de la Ultraviolet Imager (UVI) y la Longwave IR camera (LIR), dentro de las operaciones para poner a punto a Akatsuki que esta afrontó desde su llegada a la órbita hasta ahora. Con ellas demostró que sus instrumentos están listos y cumplió el mínimo exigido para considerarla una misión cumplida. A partir de ahora llega la exploración en profundidad.

Después de fallar su entrada orbital, el destino de Akatsuki parecía sellado. Pero los ingenieros de la JAXA improvisaron un nuevo uso para sus pequeños impulsores de maniobra (orbital maneuver engine o OME), inicialmente diseñados para pequeños ajustes ya en órbita, para situarla de camino de regreso y lograr su inserción orbital años después.

La hora de Akatsuki. 

Akatsuki probe may get 2,000 days of Venus observations after course correction

Japanese Probe Ready to Get Intimate With Venus

"AKATSUKI" (PLANET-C)

2 comentarios:

Hilda jokel dijo...

Increiblemente maravilloso..gracias

Anónimo dijo...

pensé que te referías al canal.