martes, octubre 04, 2016

La sonda que tocó el cielo marciano

MAVEN cumple un año en órbita.

No es una de las misiones al planeta rojo que más titulares genere, entre otras cosas porque, a diferencia de sus compañeras orbitales, no dispone de una cámara que nos ofrezca imágenes al gran público. Esta completamente consagrada a su objetivo: La atmósfera de Marte, tanto mediante análisis directos de su composición, gracias a una serie de"zambullidas" en sus capas altas (de ahí la curiosa forma de sus paneles solares, pensados para ser más aerodinámicos) y una monitorización constante cuando se encuentra a mayor distancia. Y para ello no necesita cámaras, sino otra clase de instrumentos. Hubiera sido interesante incluirla, pero la masa de una sonda está calculada de forma exacta, y cualquier otro añadido la habría superado. No se puede tener todo.

A pesar de todo ello, o quizás precisamente por eso mismo, MAVEN, que cumple ahora un año en órbita marciana, alcanzó en este periodo de tiempo todos sus objetivos primarios, realizando notables descubrimientos, al mismo tiempo que abría puertas hacia nuevos misterios. Por todo ello no es extraño que haya recibido ya la primera extensión de su misión, asegurándose financiación al menos hasta Septiembre de 2018.

Entre sus logros más notables, en realidad el más importante al ser la meta principal de su misión,  está haber determinado con exactitud la tasa de pérdida de gas de la atmósfera hacia el espacio, determinando el papel central del Sol en esta erosión, tanto durante momentos de tranquilidad como en aquellos es que su actividad era mayor, e incluso cuando tormentas solares lo alcanzaban. En ausencia de un campo magnético global que lo proteja, nuestra estrella controla la composición y la variabilidad de la atmósfera superior del planeta, siendo la principal causa de que actualmente esta sea tan tenue, apenas un 1% de la terrestre.

Más inesperado es el descubrimiento de una nube de polvo que rodea Marte y que está precipitando hacia el. Se especula que sea de origen cometario, que proceda del sus dos lunas, que llegue arrastrado por el viento solar o que tenga su origen en el propio planeta, y que algún mecanismo atmosférico las eleve hasta 150-300 Kilómetros de altura. Sin embargo, al menos de momento, ninguna de ellas encaja exactamente con lo observado por MAVEN. Igualmente se detectó una capa de iones metálicos en su Ionosfera, cuya procedencia si que parece claramente asociada a polvo interplanetario, en concreto por el que dejó a su paso el cometa Siding Spring.


Igualmente notable fue descubrir auroras en amplias zonas del planeta, desligadas de cualquier campo magnético, brillando en el ultravioleta, y que parecen producidas por el impacto directo de electrones muy energéticos procedentes del Sol. Resultaron una sorpresa, tanto su extensión, cubriendo amplias áreas del planeta como lo profundamente en la atmósfera en que hacia acto de presencia. También se detectó una pluma de partículas cargadas emergiendo de sus polos, moléculas ionizadas por el Sol y que se ven proyectadas hacia el espacio por los campos eléctricos generados por el viento solar. 

MAVEN cumple así su primer año con todas sus metas cumplidas y habiendo justificado el esfuerzo realizado con ella. Y por delante posiblemente aún le quedan no pocos años de actividad continua, afinando con nuevos datos lo ya descubierto, y sacando a la luz nuevas facetas de la atmósfera, y por extensión del planeta mismo, que aún no conocemos. La sonda que tocó el cielo marciano aún tiene por delante nuevos y emocionantes retos. 

Marte captado por el espectrógrafo ultravioleta de MAVEN, y presentado en falso color para presentar lo que veríamos si nuestros ojos captaran solo esta frecuencia del espectro. Valles Marineris aparece en la parte central de la imagen, en tonos azulados y sin poder ver el fondo debido a la dispersión de la luz ultravioleta por el ambiente. El tono verdoso del planeta en su conjunto es una combinación de la reflexión de la superficie y la dispersión atmosférica. Los tres altos volcanes de Tharsis aparecen cerca del borde izquierdo, salpicado de nubes blancas que se forman cuando los vientos fluyen sobre ellos. Vemos brillantes casquetes en ambos polos. La región de color magenta visible en el polo sur muestra donde el ultravioleta está  siendo absorbido por el ozono, tan como ocurre en la Tierra. Normalmente este sufre cierto grado de destrucción en Invierno, en el caso terrestre, pero la diferente composición química de la atmósfera marciana hace que ocurra lo contrario, y sea en Invierno cuando más se acumula.

Determinar el efecto del viento solar y su papel predominante en el paso de Marte de un planeta con una atmósfera densa y agua en superficie, al estado actual, así como medir el ritmo al que este la erosiona es una de los descubrimientos básicos de MAVEN en este primer año.

Las auroras fueron una sorpresa, tanto por su extensión como por lo profundamente en la atmósfera donde se producen.

Los datos de MAVEN revelaron una pluma de moléculas atmosféricas ionizadas escapando al espacio por la región polar. Su presencia era desconocida, y añade una pieza más al puzzle de como Marte perdió buena parte de su atmósfera.

El paso muy cercano del cometa Siding Spring llevó el caos al magnetismo de Marte (generado por la parte superior de la atmósfera, ionizadas por el Sol,  y no por un mecanismo interno) y lleno las capas altas de iones metálicos. 

NASA’S MAVEN Spacecraft Celebrates One Mars Year of Science

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